DESPERTAR ESPIRITUAL: ¿Existe tal cosa, qué es, cómo reconocerlo?

DESPERTAR ESPIRITUAL: ¿Existe tal cosa, qué es, cómo reconocerlo?
El concepto es usado para referirse a un estado evolutivo o de conciencia elevado. Algunas personas lo usan indiscriminadamente para referirse a la iluminación, o lo que se entiende como la “eliminación del ego y la compenetración con el todo”. Pero eso no es despertar. Despertar, dicen algunos, es un estado de conciencia que precede a la llamada iluminación.
Pero, aunque pueda sonar paradójico, la conciencia siempre está despierta. El hecho de que te percates de otra realidad que probablemente siempre estuvo frente a tus narices, no implica que la conciencia estaba dormida. Entonces… ¿Qué es despertar? Despertar podría decirse que es el darnos cuenta de lo que ya sabemos que “no sabíamos”.
Cuando duermes y estás soñando, el sueño siempre alberga algún tipo de confusión. Al despertar ves con claridad. Por eso se llama despertar a ese estado, aunque como mencioné, es necesario señalar que la conciencia siempre está despierta, nunca ha estado dormida.
Probablemente, y éste sería el término correcto, estaba entretenida por un sistema de cosas que nos “adormece”.
Cuando nos referimos a un despertar espiritual es meritorio mencionar que una característica de ese “Despertar” es la realización de que todas las expresiones de la conciencia “Dormida” o “Despierta” son iguales de importantes. No son enemigos, la diferencia es el estado de evolución, plenitud o trascendencia en que se encuentre con relación a todo.
Este estado de conciencia puede ser provocado por las experiencias de vida, muchas veces fuertes y contundentes que nos llevan a “sentirnos”. O, mediante el auto descubrimiento.
Un despertar espiritual implica entender que lo que se experimenta, no es un suceso que ocurre, si no una experiencia constante. Experiencia de descubrimiento que continua en la medida en que nos damos la oportunidad, pues otra característica de ese “despertar” es el reconocimiento de lo poco que se sabe con relación a todo.
Un despertar espiritual, aunque algo natural dentro de la experiencia evolutiva, es una compleja experiencia, pues implica la paulatina disolución del ego y como mencioné, esto puede ser promovido directa o indirectamente por situaciones o experiencias.
Para dar un ejemplo, las especies van genéticamente cambiando para poder evolucionar. Existe una transformación entre el cocodrilo y su antepasado, el dinosaurio. Existe una diferencia entre las aves y su antepasado, el pterodáctilo, y existe una diferencia entre el homoerectus y nosotros. Cada salto evolutivo es producto del propio instinto de conservación y de la multiplicidad de formas y posibilidades en que la conciencia se expresa.
En nuestro particular e histórico caso, la raza humana recurre a esos “despertares”, pues nos estamos matando, estamos matando al planeta y la conciencia “despierta” como manera de auto-conservarse. Desde esa perspectiva es más comprensible el que en este particular momento en la historia estemos hablando de ese despertar de conciencia. Es un hecho real que nos estamos re- inventando para evitar aniquilarnos.
Por un espacio considerable de tiempo sucumbimos a la experiencia exterior donde predominó un sentido de separación avalado por una generación que le dió mucho énfasis a la razón. Asunto que se debe tomar con cuidado porque la razón responde a lo aprendido que puede ser totalmente incorrecto, y de esas historias está llena nuestra historia. ¿O no se pensaba en el siglo 17 que la Tierra era plana y que era el centro del universo?
Lo mismo ocurre con ciertas terminologías mal utilizadas como lo es ese llamado despertar que ocurre de forma paulatina y constante, como parte de un proceso de trascendencia y que requiere de una REALIZACION PERSONAL NO EGOIGA o sea… un evento que trasciende el ego.
En ese despertar el individuo comienza a verse diferente. Cobra conciencia de que es parte, que es uno que, aunque en su propia experiencia, no existe separación pues la interconexión es real y evidente, aunque no visible a simple vista.
De hecho, la física cuántica ha venido a plasmarnos en la cara el mayor descubrimiento de este siglo, la verdad que los sabios y nuestros ancestros ya conocían. Que todo está interconectado y que opera como una sola cosa. Unida, pero de forma interdependiente.
Ese llamado despertar trae consigo una “sintomatología” o características, que muchos lectores pueden estar experimentando y que les compartiré a continuación. Podrían tal vez ser muchos más síntomas, pero me limitaré a 12 que, a mi juicio, son fáciles de percibir.
1. Algo cambió en tu interior. No sabes exactamente qué fue, pero algo cambió. Es esa sensación de que algo se encendió y te permite ver con claridad, y comienzas a pensar diferente.
2. Cobras conciencia de hábitos dañinos. Dejas de consumir ciertas comidas o bebidas. Prefieres lo orgánico, lo natural.
3. No te sientes a gusto con “tu entorno”. Deseas pasar más tiempo sol@.
4. Lo “no real”, lo superfluo, ya no te llama la atención.
5. Te sientes emocional. Hay un dolor interior. Se despierta una sensación de compasión por los demás, por los animales y el planeta. Estás hipersensible y con ganas de llorar.
6. Sientes un deseo “urgente” de querer cambiar las cosas. OJO… Ve con calma. El Universo no necesita ir más rápido de lo previsto.
7. No comprendes. Se te hace difícil entender cómo alguien quiere seguir ingiriendo comida chatarra. Cómo alguien puede lastimas los animales. Cómo viven para ellos sin importarles el dolor ajeno y cómo cambian la cara ante las injusticias.
8. Necesitas un propósito, una razón para vivir y existir en este planeta. Lo tienes… búscalo.
9. Ideas nuevas. Las ideas no paran de fluir. Se despierta un interés por el arte y por viajar.
10. Quieres conocer más sobre lo que sientes y quieres comenzar algún camino espiritual o encontrar un Maestro o Guía.
11. Comienzas a experimentar “Coincidencias y a experimentar sincronicidad y ver repetidamente números como 11:11, 4:44. Tu intuición se hace más latente.
12. Dejas de preocuparte por tonterías, comienzas a aceptar a los demás como son y comienzas a fluir.
Podría enumeras muchas sensaciones más producto de ese llamado despertar, e incluso, escribir largos tratados sobre cada una, pero entiendo que la experiencia personal es nuestra mejor guía y maestra.

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